Que Carlos Salem es único es algo que todos sabemos, pero por si quedaba alguna duda, con sus 25 cosas sobre mí la ha disipado. ¿Conocéis a alguien que haya estado a punto de dar la vuelta a América en un coche fúnebre? ¿O que su carrera como poeta empezase cuando era niño con un poema de disculpa a su padre por romper un jarrón? ¿Y qué me decís de ese pañuelo que siempre cubre su cabeza? Es todo un misterio.
Así pues, hoy os presentamos un Carlos Salem que no conocíais hasta hora. ¡Allá van 25 cosas sobre él!
- Tengo miedo, casi pánico a la electricidad, porque de pequeño me electrocuté con una especie de Cinexin de metal. Eso explica muchas cosas.
- Los poemas ocurren y yo simplemente los voy copiando. Nunca me planteo escribir sobre tal o cual cosa. Sale. Lo escribo. Corrijo. Hasta cierto punto. Y punto.
- Aunque parece que estoy siempre de broma y dicen que soy muy socarrón, lo cierto es que soy un tipo bastante melancólico.
- Durante muchos años le tuve pánico a los perros, debido a que de niño, en la Patagonia, me tiró de la bicicleta y estuvo a punto de matarme un perro grande y negro. Está casi totalmente superado. Creo.
- Soy profundamente perezoso, y tanto mis parejas como mis compañeros de piso nunca han logrado saber cuándo saco tiempo para escribir las novelas. Porque me paso todo el día en la calle, o leyendo o viendo pelis. (Sospecho que tengo un gemelo trabajador).
- Una vez comí pizza con piña y me gustó. En realidad, no sé si me gustó, pero me gustó la chica con la que la estaba comiendo, y es casi lo mismo.
- Cuando era niño soñaba con ser aviador. Tanto que a los 18 años hice de curso de piloto privado de avioneta.
- Me encanta nadar, pero bajo el agua. Por encima solo floto y hago el muerto.
- Hace muchos años estuve a punto de dar la vuelta a América, siguiendo la ruta del Che, en un coche fúnebre con un amigo. Meses antes de la partida me enamoré de una chica que tenía el culo más bonito de toda la ciudad y empecé otro viaje diferente.
- Tengo tantos libros en casa que puede que me muera sin haber terminado de leerlos todos. Y eso es lo que más pena me daría de morir.
- Con los amigos con los que tengo una verdadera conexión, a veces pasan meses sin que nos pongamos en contacto. Y cuando nos encontramos, es como si nos hubiéramos visto el día anterior.
- Por lo general, tengo en proceso cuatro o cinco libros a la vez, pero solo puedo pensar en uno. Lo mismo me pasa con los sentimientos.
- Soy buen cocinero intuitivo, me encanta cocinar para los demás e improviso bastante bien.
- Durante toda mi vida he bebido Four Roses, pero hace 3 años me pase al Jim Bean. Y estoy seguro de que sus acciones han subido en la bolsa. Lo digo por si quieren tener el detalle de mandarme unas cajas a casa. (Pedir la dirección en la editorial).
- Aunque parezca todo lo contrario, soy tan perfeccionista que basta que señales un defecto en algo que yo haya hecho para que me jodas la semana o el mes.
- Cuando escribo la letra de una canción a solas, me obsesiono con ella durante semanas y la escribo en la mente sin bajarla al papel hasta que no la siento completa. La voy canturreando todo el tiempo, pero por suerte nadie ha conseguido grabarme.
- Dicen que soy hiperactivo, y puede que sea cierto. Pero hay semanas enteras en las que me cuesta un triunfo levantarme de la cama.
- Escribí mi primer poema con cinco años, para hacerme perdonar por mi padre el haberle roto de un balonazo un jarrón que había heredado.
- Me gusta el campo, pero solo durante dos o tres días. Luego me agobio. Necesito ciudad. El asfalto es mi césped, los bares mis parques.
- Disfruto tanto del cine bueno y sesudo, como de las pelis de súper héroes si están bien hechas ¿Algún problema?
- Me gustaría volver a enamorarme, para no repetir los mismos errores.
- No consigo dejar de creer en la gente, a pesar de todo los los argumentos en contra. Podemos cambiar. Los seres humanos somos idiotas pero idiotas buenos.
- A la pregunta de siempre de si prefiero ser novelista que poeta o viceversa, toca responder de un modo definitivo; prefiero el sexo feliz y divertido.
- Sigo pensando que el mundo está al revés, pero si lo volviéramos del otro lado seguiría estando al revés. Y tampoco me vale un término medio. Mundo, tenemos un problema.
- El pañuelo en la cabeza no es un disfraz , sino una protección contra los cambios bruscos de temperatura de Madrid. Si un día doy un pelotazo y me mudo al caribe, a la mierda el pañuelo.
Cómo admiro a este hombre